Centro mi entrada de hoy con un cuento y lección, de la que desconozco su origen y por tanto no puedo referenciar. Ha venido a mí tras leer algunas declaraciones y algunos documentos sobre la reforma del Sistema educativo, donde el concepto de «esfuerzo» y todo lo que conlleva no sale precisamente muy reforzado y más bien denostado. Quien me sigue y lee conoce bien lo que me gusta el mundo de la «Motivación humana» y su funcionamiento, explicado desde la Ciencia, que no desde la opinión. Denostar el esfuerzo que lleva a resultados y a la adquisición de competencias es denostar la condición humana e ignorarla .

Invito a leer el post «Propósitos cumplidos», que escribí sobre las Teorías cognitivas de la Motivación en cuanto a los procesos mentales que se ponen en juego y en los que la «equidad» juega un papel relevante. Ya está allí, así que no me detengo. Sí que lo hago en un componente más íntimo, de desarrollo, de potencialidad y de flaco favor que podemos llegar a hacer cuando en la formación olvidamos el esfuerzo necesario, la equidad y el importante y necesario «fracaso» en el proceso de aprendizaje. Aprender significa también fracasar, caer y saber levantarse; llenarse la mochila de recursos para afrontar nuevas dificultades; aprender sobre lo aprendido, evolucionar y adquirir Conocimiento; ese que solamente se adquiere desde la conexión de todos los puntos aprendidos en las experiencias y que son únicos en cada individuo, porque somos diferentes y cada uno tenemos nuestros procesos. La igualdad es la igualdad de oportunidades, no la igualdad en los resultados, que son únicos para cada individuo pues allí reside la maravillosa individualidad de su existencia de cada ser humano que nos diferencia de las máquinas.

Cada persona tiene su proceso y este cuento leyenda explica bien lo que implica. El obstáculo, el fracaso, forma parte del aprendizaje y de la creación de los nuevos retos. No equivoquemos los conceptos de equidad, por favor. Para aprender a volar hay que tener alas; y mientras las alas se desarrollan será mejor caminar, para luego correr y más tarde despegar. Y quizás para volar haya que estrellarse más de una vez en el suelo. Porque un buen cirujano, ese en el que dejaremos nuestra vida en sus manos, tiene una historia de esfuerzo, lucha, aprendizaje y fracasos que le han hecho digno de esa confianza que hemos depositado en él. Yo, al menos, no pondré mi vida en manos de nadie si sé que le han regalado sus alas.

El Cuento de la mariposa

Un día un hombre encontró un capullo de mariposa y observó que en él había un pequeño orificio. Se sentó y se entretuvo en observar mientras la mariposa luchaba durante varias horas para forzar su cuerpo tratando de pasar a través del agujero.

Pasó un largo rato observando los esfuerzos de la mariposa por salir al exterior, pero parecía que no hacía ningún progreso, como si hubiera llegado a un punto donde no podía continuar. Apiadado, el hombre decidió ayudar a la mariposa, tomó las tijeras y cortó el resto del capullo. La mariposa salió fácilmente, pero tenía el cuerpo hinchado y las alas pequeñas y arrugadas.

El hombre continuó mirando porque esperaba que en cualquier momento las alas se extendieran para poder soportar el cuerpo que, a su vez, debería deshincharse. Pero nada de esto ocurrió. Por el contrario, la mariposa pasó el resto de su vida con el cuerpo hinchado y unas alas encogidas y arrugadas… ¡nunca pudo volar!

Lo que aquel hombre, con su amabilidad y apuro, no llegó a comprender es que el capullo restrictivo y la lucha necesaria para que la mariposa pudiera salir por el diminuto agujero, era la manera que utilizaba la Naturaleza para enviar fluido del cuerpo de la mariposa hacia sus alas de modo que estuviera lista para volar tan pronto obtuviera la libertad del capullo.

A veces el esfuerzo es exactamente lo que necesitamos en nuestras vidas. Si nos permitiéramos pasar nuestra vida sin ningún obstáculo, nos paralizaríamos, no seríamos tan fuertes como podríamos ser y no podríamos volar.

Patricia Tisner Laguna – Psicóloga de las Organizaciones y desarrollo

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SONRÍE-T Sección creada con el objetivo de recoger experiencias a partir de los debates creados en un grupo al que pertenezco y que me anima a escribir artículos de Psicología para difundir aspectos concretos de la misma, de mi experiencia y la de otros.