Tengo la gran fortuna de contar entre mis amistades a grandes personas con quienes comparto temas de interés, de trabajo, de vida, convirtiendo una comida o una sobremesa en una provocación constante de reflexiones. Soy de la generación X (nacidos entre 1965 y 1980), pero bien podría ser de las babyboomers (los nacidos entre 1945 y 1964) por ser casi de transición. Los de mi generación somos hijos de padres que vivieron posguerra, que trasladaron valores de trabajo y esfuerzo como garantía de éxito, crecimiento y desarrollo. Soy una de tantas personas de mi generación que llevamos trabajando toda una vida, pagando impuestos y confiando en un sistema garante de nuestras pensiones y de la llamada «sociedad del bienestar». Y es que hemos considerado que el trabajo duro nos garantizaba ese binestar en el tiempo libre o en el futuro cuando llegue nuestra jubilación, si es que nos llega. De alguna forma hemos sido el sostén de ese estado de bienestar, bajo la creencia de que nuestro esfuerzo quedaba en una «hucha» garante en el tiempo de ella.

La semana pasada llegaba a mí un artículo en el que se afirmaba algo que ya de alguna forma intuíamos y que podría tener gran parte de verdad. Y es que el presidente del Foro del Instituto BBVA de Pensiones, José Antonio Herce, «ha advertido de que las pensiones de la Seguridad Social para los «baby boomers» (nacidos entre 1958 y 1977) «no van ser suficientes» para que lleguen a final de mes y, si no han ahorrado para la vejez, tendrán que vender sus viviendas«. Terrible, ¿verdad?

El caso es que vino a mí una de esas conversaciones recientes de sobremesa en las que un buen amigo me preguntaba sobre mi opinión de lo que se ha convertido en tendencia en EEUU sobre la llamada «La gran dimisión» y que ya se ve también en los países europeos. Comparto artículo que explica el fenómeno social. (El País semanal, 27/01/2022)

A modo de resumen, «la gran dimisión», es el «fenómeno que define el abandono de puestos de trabajo por parte de millones de personas, mientras el mundo va saliendo de las restricciones impuestas a causa de la covid». ¿A qué se debe? ¿Por qué hay personas que han decidido que ya no quieren ir a trabajar? Como fenónomeno sociológico, se trata de una crisis del sistema. En términos psicológicos, en mi opinión, es una crisis de valores, de prioridades en la vida, de cuestionamiento de la propia existencia, pero fundamentalmente de un cansancio emocional y desgaste de esas generaciones centradas en el esfuerzo y en la expectativa creada sobre el futuro. El COVID, las guerras, la incertidumbre constante de estos últimos años nos pasan y van a pasar factura. Los de nuestra generación, esos de la «gran renuncia» tras trabajar toda una vida», de alguna manera comparten valores con las nuevas generaciones de los millenials o las generaciones Z, para los que otros son los valores que les sustentan y motiva. Si añadimos a las nuevas generaciones esta incertidumbre y una deuda acumulada que les augura un futuro incierto, una falta de equidad en esos esfuerzos donde hagas lo que hagas el resultado puede ser el mismo, la Psicología de la motivación, la Psicología del individuo que toma decisiones, pone en marcha la maquinaria, uniendo a esas dos generaciones diferentes en una explicación única del fenómeno; la vivencia en el presente, donde el valor TIEMPO es el que impera.

En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto. Diálogos; Séneca, 55 d.C.

Esta cita me lleva a mi argumento sobre la complejidad de las vivencias personales. Más allá de complejas explicaciones sociológicas y psicológicas, yo veo en una sola la explicación de «la gran reununcia», de los valores que están uniendo generaciones: la teoría de la motivación basada en expectativas y de la que ya hablé en algún artículo y vídeo para quien desee leerlo o escucharlo. Lo que nos motiva a actuar es siempre una cuestión de expectativas y la expecttaiva es sobre algo que todavía no ha sucedido; es decir, del futuro. Si no hay expectativas y equidad, el objetivo hacia el que dirigir el esfuerzo cambia. Así es cómo funciona el ser humano y esta compleja al mismo tiempo que simple Teoría creo que lo explica todo. Y ello aplica a Educación, Formación, Trabajo… ¡A todo lo que implique esfuerzo! El esfuerzo, ese valor que a los de esa generación se nos grabó a fuego y ahora se pone en cuestión si ha merecido o merece la pena. Y es en ese cuestionamiento donde surgen las decisiones y las «grandes renuncias»

Pero el problema es otro… ¿Cómo se mantiene un sistema, cómo mantener los servicios si la gran renuncia se extiende como una nueva pandemia? Respondo a tu pregunta y a tu provocación, querido amigo, escribiendo mi opinión. Mientras no se aborde desde allí, desde la Psicología individual, las expectativas y la motivación a largo plazo de las personas y se siga mirando en un sentido cortoplacista, la pandemia de la renuncia se irá extendiendo, la incertidumbre constante será nuestra compañera y la prioridad de vivir el presente sin mirar a un futuro irá calando socialmente. Porque sin expectativas de resultados ni de recompensa de los frutos del trabajo, no hay esfuerzo, porque no hay objetivo ni motivación. Si se nos niega la posibilidad de futuro, de pensiones, de calidad de vida, se nos lleva a vivir en un presente continuo y continuado. Y allí los valores de toda una sociedad, de toda una cultura pueden cambiar. Quizás estemos ya inmersos en ese cambio cultural tan intenso que nos cueste asimilar, porque si algo hemos aprendido estos dos últimos años es a vivir en la incertidumbre constante, mala compañera de una buena salud mental y de la estabilidad necesaria individual y colectiva que garantice futuro.

Quizás esta es la prueba a nuestra inteligencia humana. Como reza Inmanuel Kant “Se mide la inteligencia del individuo por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar.

Patricia Tisner Laguna – Psicóloga de las Organizaciones y desarrollo

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https://elpais.com/eps/psicologia-y-bienestar/2022-01-27/por-que-millones-de-estadounidenses-estan-dejando-sus-empleos.html

https://www.eldebate.com/economia/20220524/nacidos-entre-1956-1977-tendran-vender-casas-jubilarse-no-han-ahorrado-dice-bbva.html?fbclid=IwAR1V40BJVJTrz9MX1MIW87kROsUGlMXL0qvvBsvpyJn7gsjS-Nd9iL49Ugo