Día 11 de junio, último día en que la Ministra de Educación se reúne con las Comunidades autónomas y se comunican los consejos, que no directrices, en materia de Educación a seguir por parte de las diferentes Consejerías. Hoy, a menos de un mes para empezar las clases, y ni padres, ni profesores, ni centros con directrices claras sobre cómo va a ser el comienzo del nuevo curso. Próxima reunión, la última semana de agosto… ¿a 15 días vista de empezar las clases? Esta es la situación, es la de hoy, de incertidumbre, no hay Plan diseñado. Y empezamos a ver en diferentes artículos las culpas hacia unos y otros, hacia el Gobierno, las Comunidades autónomas, los directores, los docentes , los padres… Y si se trata de echar balones fuera, pronto veremos que la culpa la tienen los niños y jóvenes por querer volver. Oímos y leemos que si no hay directrices, que si los docentes y directores deberían actuar y empezar a crear alternativas, los padres que no saben si tienen que coger tablets o libros, o comprar ropa escolar o comprar zapatillas de estar por casa y, cómo afrontarán la conciliación en el caso de que sus hijos vuelvan a casa, porque no se sabe nada de nada. Lo que fue salir de una situación de emergencia en el último trimestre, y un «sálvese quien pueda», corre el riesgo de quedarse en una «normalidad abrumadora y estresante». La pandemia cogió al sistema educativo como lo cogió y a los docentes, tal cual. Se estaba bien y en zonas conocidas antes del desastre; la tecnología estaba allí y solo aquellos docentes con inquietudes la abrazaban como un modo complementario de facilitar aprendizajes, pero allí estaba el problema; solo quienes la abrazaban como facilitadora de aprendizajes estaban preparados para cambiar los pupitres y las pizarras por las pantallas. Por centrar e ir concretando el tema, que es complejo, pero con la idea de aportar ideas a quien las quiera escuchar, dejo mis reflexiones al respecto.
En cuanto a la Administración, desde luego creo que un buen Plan general, un paraguas metodológico y coherente, común y de sinergias, facilitaría en gran medida el regreso a las aulas y también a nuevas metodologías. No es lo mismo que cada centro o cada docente o cada Comunidad innove y busque nuevas formas de hacer, que trabajar todos a una, desde la colaboración y sumando esfuerzos. Aprovechemos recursos en un tiempo más que limitado.
La realidad es que tanto docentes como alumnos y padres , a estas alturas no saben cómo van a volver; no entro aquí con padres y alumnos y medidas COVID pues mi planteamiento es metodológico y constructivo de cara a docentes y Centros educativos de todos los niveles, .
Llega el momento metodológico, la tan temida y ahora querida o más bien necesaria tecnología para cubrir carencias de un estudio o unas clases a distancia. Y se habla de digitalización, cuando de lo que deberíamos hablar de una profunda Transformación digital en los procesos, en las bases en el fondo, en la cultura interna del propio Sistema educativo.
Voy a intentar dejar en este espacio una serie de aspectos a tener en cuenta en la introducción de la tecnología en las aulas en lo que a formación on line se refiere, en base a mis años de experiencia en este tema.
Por un lado, la pregunta clave: ¿Para qué? Si usamos una plataforma o el medio que sea, ¿es un complemento a la presencial , como por ejemplo se usa Moodle en la Universidad? ¿O es el aula base y la presencial el complemento? ¿O es un 50/50? ¿Se trata de formación on line o de presencialidad virtual o una mezcla de todo? Porque allí reside el proyecto sobre el que trabajar determinados aspectos, el fin en sí mismo y tendremos que partir de tres elementos clave para implantar cualquier solución on line: LA O LAS PLATAFORMAS TECNOLÓGICAS, LOS CONTENIDOS, Y LA DOCENCIA.
- Plataformas- Las aulas. Empezamos. ¿Tenemos plataforma tecnológica e-learning potente con un buen sistema de aprendizaje colaborativo, gestor de archivos y herramientas facilitadoras de la comunicación y en suma, del aprendizaje? ¿Tenemos un buen sistema de videoconferencia integrado con un buen gestor de vídeos a disposición de alumnos y docentes? En realidad es hacer la pregunta que nos haríamos en presencial. ¿Tenemos aulas con techo, sillas , mesas y pizarra como mínimo? ¿O tenemos que construir el centro todavía y poner paredes?
- Contenidos. Una lucha constante… ¡Cuidado! Se suele confundir plataforma con contenidos. La plataforma era el aula… y estaba vacía… Y digo cuidado porque por mucho que tengamos lo mejor, si no sabemos utilizarla o no le damos contenido, fracaso… Y es importante saber que los contenidos son el talón de Aquiles de esta formación. Contenidos escritos en formatos Scorm, siguiendo pautas de diseño instruccional adecuado, motivadores, buenos, técnicos… carísimos de producir, inviable en tiempo que se dispone ahora y poco flexibles para docentes, al mismo tiempo que son el gran punto de partida para sostenerse metodológicamente en el inicio. Al mismo tiempo, necesarios para empezar por algún lado. Si al final tenemos libertad y no los necesitamos para justificar nada, la solución rápida serán los vídeos y las videoconferencias, las actividades retadoras y el aprovechamiento de recursos en red para ir generando contenidos, que sin ser escrupulosamente diseñados según directrices pedagógicas, sirven como base. Otra opción es valorar lo que existe ya diseñado en el mercado y alquilar los contenidos. Hay malísimos y muy buenos, pocos… Pero hay que analizarlos, seleccionarlos, elegirlos y alquilarlos en el sentido amplio de la palabra. El caso, es que hagamos lo que hagamos, la palabra clave es TIEMPO, todo eso es mucho tiempo. A diferencia de la presencial donde se puede ir construyendo el contenido o la actividad, porque allí es el complemento, en el on line, el contenido deber estar desde el principio, secuenciado y siguiendo una estructura lógica. Recordemos que el alumno está solo en principio en este formato tradicional. Si la metodología se hace solamente trasladando la clase a streaming, esto ya no es tan importante. Como veis, las posibilidades son muchas y lo que hagamos o el paraguas bajo el que lo hagamos nos marcaran caminos diferentes, que en el on line, siempre están abiertos 🙂 Resumiendo, si es formación on line tradicional, tendremos mucho trabajo previo de selección y creación de contenidos y diseño instruccional previo; necesitaremos una cantidad importante de recursos. Si lo que nos planteamos es una presencialidad virtual, o dar las clases por videoconferencia o en streaming, lo interesante será centrar la herramienta en un buen sistema para ello y un buen gestor de vídeos. En ambos casos necesitaremos un Plan de acción tutorial, un diseño en cuanto a programación didáctica, actividades y evaluación se refiere.
- Vamos con el último punto. LA DOCENCIA. Y aquí todas las competencias metodológicas y tecnológicas de los docentes se ponen en juego; también las inseguridades y hasta el «control», porque on line se ve todo y se puede medir todo o casi todo. Y nos encontramos con la gran necesidad de la formación en este sentido. No se trata de nuevas metodologías; un docente lo es use el medio que use; las metodologías deberían venir desde paradigma educativo, que eso es otro cantar y para otro post muy amplio, al igual que cada uno de los puntos tratados aquí. Se trata poner las herramientas tecnológicas al servicio de la metodología. E insisto, requiere de un Plan, un diseño metodológico que guíe el aprendizaje, que marque el destino; el camino serán las actividades que se fomenten para llegar al final del mismo y allí la competencia docente cobra una importancia absoluta.
Si tenemos los tres grandes elementos bajo control, tendremos ya mucho éxito asegurado. Pero, además, todo ello requiere de una organización cuando se integra en un sistema complejo como un centro educativo; requiere de un control de calidad, de un coordinador que ayude a los docentes siempre que sea posible, de un equipo integrado que impulse, más allá de un soporte técnico informático exclusivamente como se da en muchos casos. ¿Dónde ha estado o puede estar el problema a mi juicio en el nuevo curso escolar en los diferentes niveles, además, por supuesto, de esta falta de coordinación o integración e impulso o ese Plan para dejar a los docentes lo operativo y puesta en práctica?
- Creer que con poner los medios tecnológicos puede ser suficiente. ¡Gran error! Si no se saben usar o hay resistencias para ello, el mismo sistema se autoboicoteará y la culpa directamente a que la modalidad on line es mala. Y no olvidemos el concepto señalado anteriormente: el tiempo. Cuando los docentes o a quien se deje esto encima de la cabeza, vean lo que implica en tiempo para la preparación de esos contenidos, se encontrarán precisamente con la falta de él. Por tanto, directrices y medios desde arriba.
- El buen uso de los medios. Las plataformas actuales son muy potentes para sacarles un gran valor didáctico; lo que solemos ver es una gran infrautilización de las mismas, precisamente por desconocimiento o por carencia metodológica.
- Las carencias metodológicas y docentes, que la formación on line o la presencialidad virtual, no hacen más que dejar al descubierto lo de la presencial. Es el momento de plantearse una buena formación de los docentes en todos los niveles educativos, una formación basada en programación y diseño de objetivos, con un gran componente en el desarrollo de habilidades o del saber hacer, formación en sistemas de evaluación, diseño de pruebas de evaluación, creación de actividades didácticas, dirección de equipos y liderazgo, métodos, diseño de contenidos, uso de tecnologías, gestión del conocimiento. Y seguiría… Porque si miramos lo que esto implica, empezamos a ver una formación muy amplia, no básica ni de «salir del paso» que es posible que no sirva para nada. Quizás sea este el momento de plantearse la formación base metodológica de los docentes de los diferentes niveles y los recursos que se han comunicado que se van a dotar para la formación de docentes (que me temo pueden quedar en minicursos o píldoras concretas) se destinen a buscar eficacia y apoyo a los docentes en «ayudarles a crear algo diferente.
Patricia Tisner Laguna – Psicóloga de las Organizaciones y desarrollo de Talento
https://www.linkedin.com/in/patriciatisner/
Porque lo que a los ojos de muchos parece nuevo, para otros que llevamos en este mundo muchos años no lo es; porque es bueno aprender de los errores y de transparencia intentar que no se cometan de nuevo. Porque para quien vea que solo con poner a disposición de los docentes la tecnología ya se ha conseguido, ojalá me equivoque, pero está en un error. Porque lo que ahora se demanda en el Sistema Educativo, se ha tenido y se tuvo y no se aprovechó. No me invento nada porque lo viví, no me lo han contado; pues hace más de 10 años formé parte de la formación de docentes y webmaster en diferentes Institutos sobre este tema. El Gobierno de Aragón puso a disposición una plataforma potente, un sistema como complemento a la presencial para docentes, alumnos, padres; una tecnología avanzada para llevar el aprendizaje y la colaboración más allá de las cuatro paredes de un aula, un sistema de roles, permisos, creación, aprendizaje colaborativo pero que no terminaba allí, sino que fomentaba la creación conjunta de recursos entre profesores y centros educativos; un sistema que bien usado hubiera sido un antes y un después… Lo que hoy se demanda como solución, parte ya se tenía hace años y no se utilizó. Porque solamente los docentes inquietos, con iniciativa, se apuntaban al sistema, pero también veían el TIEMPO y la falta de directriz común y para todos, como elemento disuasorio y, al final quienes lo intentaban se veían solos en un camino. Puedo decir de esa experiencia que, aunque explicaba el uso tecnológico y potencialidad de la plataforma, se convertían en sesiones creativas de infinitos usos docentes, poniendo el límite solamente en la carencia de cada uno. Lo que aprendí de esa experiencia es que si se deja toda la responsabilidad en lo individual, solo quienes ya lo desean lo abrazarán y seguramente ya lo hacen como pueden; la brecha y las diferencias entre profesores y centros educativos se verán y los alumnos serán los grandes perjudicados.
Para introducir tecnología y nuevas metodologías, habrá que empezar la casa por los cimientos, por las resistencias, por las actitudes, por las habilidades, por la formación real y eficaz, por el desarrollo de las propias competencias docentes y ello requiere de un Plan coherente común, a ser posible que sea viable, operativo y real, pese a quien le pese y si se hace con tiempo, mejor. De lo contrario, seguiremos cogiendo con pinzas lo que nos provoca miedo, ansiedad ante lo desconocido o falta de control y soltaremos en el momento que nos dejen; y será fácil echar la culpa a la metodología, con el argumento de que es una modalidad de baja calidad formativa, porque se tendrá razón en la forma de hacerse; pero la culpable no será ella. Precisamente, quien se acerque a ella desde la mejora, el crecimiento, el desarrollo, la potencialidad, el acceso al conocimiento, la personalización, la flexibilidad, encuentre un camino hacia la excelencia en el aprendizaje y en las formas de enseñanza.
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