LO QUE «EL VIENTO NOS TRAJO»…

Y el gran dilema de los «CONGUITOS»

Escribí este post el pasado 28 de junio provocada por la invitación en un grupo de participación ; motivada por ciertas personas de mi entorno, comparto públicamente y rehago el texto al tratarse de un entorno diferente.

En este grupo se me invita a aportar desde la experiencia y conocimientos de Psicología Social con temas de actualidad que nos afectan y provocan, como persuasión, influencia social, manipulación, pensamiento, racionalidad, emocionalidad…

¡Y qué mejor forma de hacerlo que comenzar con el tema de actualidad y bajo mi punto de vista totalmente irracional, que deja al ‘bicho» en un segundo plano de noticia y que ya bastante cruel es! Así que aquí comparto, desde el respeto, la ironía, pero sobre todo, desde el ansia de buscar conocimiento y provocar luz a lo que no podemos explicar.

Un 28 de junio…

«Me acabo de despertar con una nueva de John Wayne y por eso me resisto a no nombrarlo, pues escribí ayer el borrador de este post y no hoy, día de otra de las noticias argumentativas de este escrito. Aparte de John Wayne, nuestro gran problema ahora, un gran problema social por cierto, es qué hacer con los conguitos, esos espectaculares cacahuetes recubiertos de chocolate negro que tantos años he disfrutado desde mi más tierna infancia. Y el problema es que son negros, porque llevan chocolate, aunque ahora ya también los hay de chocolate blanco, pero imagino que eso será un problema social importante a abordar en el futuro. Leí en prensa que a la compañía Lacasa se le iba a pedir que aclarase en un comunicado que los conguitos son cacahuetes, no personas (está noticia está por contrastar pero me sirve para mí hilo argumentativo). Algo que como os habrá pasado a muchos y a mí me ha supuesto un gran alivio personal, pues me he hartado a ellos; ahora no tanto, porque engordan, no por otra cosa.
Como habréis supuesto, estoy ironizando. Aclaro, precisamente, porque soy consciente de que con el lenguaje escrito no es una buena técnica de comunicación para que no haya malas interpretaciones; pero hay temas como este, que reflejan mucho mejor hablarlo de este modo, para que el mensaje de lo absurdo e irracional del mismo llegue.

Aún así, voy a permitirme, con vuestro permiso, seguir poniendo algunos ejemplos de los que estamos siendo testigos y de los que algunos ya en este grupo se han hecho eco, con el fin de poner en nuestras mentes la cantidad y calidad de irracionalidad a la que estamos siendo sometidos; y con ello, a intentar dilucidar desde las diferentes Ciencias Sociales, lo que se encuentra detrás de estos acontecimientos. En futuros post me comprometo a ir dando pinceladas y aportaciones de la Psicología Social a este tema que da para mucho.
Y estos ejemplos ya se han ido comentando a lo largo de estos días en diferentes entradas. El caso de la película “ Lo que el viento se llevó” y la decisión de HBO de descatalogarla por racista… Los ataques incesantes y a nivel internacional sobre monumentos y estatuas de personajes históricos, Y en lo que no entro, pues ya tenemos grandes entradas y escritos al respecto con una documentación histórica de matrícula de honor para entender la gran incoherencia argumentativa de este tipo de acciones (véase las magníficas aportaciones de José Luis Corral en los medios de difusión y redes al respecto)

Y seguimos despertando cada día con una sinrazón más (hoy ha sido Wayne) como el caso de la firma L‘ Oreal, que anuncia que va a quitar las palabras «clara y blanqueante» de sus cremas por ofensivas las palabras. A este paso ni mechas vamos a poder hacernos sin denotar xenofobia y racismo. ¿Algo más de irracionalidades? Sinceramente no doy crédito a lo que estoy viendo.
Me enfada tremendamente el nivel de manipulación usando el lenguaje para DIRIGIR el pensamiento, precisamente del mismo modo que se ha hecho en otros temas que no pretendo abordar. Recuérdese el término “miembras” y todo el debate que se suscita en torno al uso de nuestra rica lengua. Usamos las palabras » negro o blanco» por el simple hecho de que existen cosas negras y blancas y no son ni mejores ni peores; SON solamente. Y sí, el lenguaje marca mucho el pensamiento (esto llevaría una entrada completa).

Un acto concreto como el acontecido en Estados Unidos y que debe por supuesto tener justicia, ha sido llevado a unos niveles de crispación extrema y desviados hacia unos intereses lejanos del hecho inicial. Del mismo modo que muchos actos y proclamas que se realizan en torno a la mujer nos hacen un flaco favor a todo lo que se ha conseguido en el último siglo, en mi opinión este tipo de actos no ayudan para nada a la justicia y equidad en el tema racial y cultural y lo también ya logrado en el desarrollo de las sociedades avanzadas y en las mentes individuales y colectivas, levantando ampollas en unos casos curadas y en otros todavía por curar. Y eso, lo de fondo, es lo importante, no sí el conguito es un cacahuete O NO.

Cuando el viernes empecé a pensar sobre lo que podía contar en este post, vino a mi mente un libro que leí en mi carrera universitaria; uno de esos libros que te impactan por lo que provocan, por la conciencia de que lo complejo, no por serlo, no tiene explicación y que quizás abordarlo desde una disciplina única es lo que sesga el alcance del Conocimiento y de la Verdad. Por eso vino a mi mente y por eso me gustaría acercaros lo que en su momento me llevé de aprendizaje y que ha quedado en recuerdo ya hace 30 años y que recibí con la mente abierta de quien tiene todo aún por descubrir; viviendo una realidad única, la de una joven estudiante con su única realidad vivida y bebiendo de la Ciencia. Me refiero al libro que muchos conoceréis de Marvin Harris, “Vacas, cerdos, guerras y brujas; los enigmas de la cultura” ; un libro que, como su propio autor expresa a lo largo del mismo, está hecho y basado en conductas irracionales e inexplicables a primera vista, pero que, abordando desde un punto de vista interdisciplinar, podemos a llegar a ver que son prácticas, útiles e Interesadas desde un punto de vista económico y social.

Harris relata y argumenta con maestría las causas prácticas y las razones económicas y sociales que están detrás de tabúes o creencias como la prohibición de sacrificar vacas sagradas en India, que a los ojos de los occidentales nos parece aberrante ante la hambruna y extrema pobreza que en India hay; otros ejemplos, entre muchos que se recogen en el libro, pero que no detallo por no extenderme, están la prohibición de comer cerdo para judíos y musulmanes o la de comer carne los viernes de cuaresma para los cristianos. Todos ellos explicados desde un punto de vista sociológico y económico con mucha más racionalidad de la que aparentemente vemos, pues lo hacemos exclusivamente desde una mirada, una única perspectiva social y cultural. Del mismo modo que lo ve quien así lo vive y lo abraza desde la creencia firme y religiosa y una conciencia colectiva, que no individual, incuestionable y de Fe, sin cuestionamiento de la verdadera realidad que puede haber detrás de sus actos como colectivo.

Si algo me ha traído este libro a este momento, es la gran similitud de lo que está aconteciendo; y os pregunto y os pido, desde ese punto de vista interdisciplinar económico, social, psicológico e histórico, que pensemos sobre la sinrazón y la irracionalidad que vemos y oímos estos días con estos ejemplos de lo que considero una gran manipulación social y una gran maniobra orquestal, sectaria y nutrida de seguidores adeptos, obedientes y fieles, con mantras repetitivos como si de una secta se tratara. Solo habría que preguntarles uno a uno para descubrir que no hay argumentos individuales racionales detrás de determinados actos y que, “rascando” un poquito, veríamos uno o los tres condicionantes básicos e ingredientes necesarios para la manipulación por ser parte de la conciencia cotidiana: IGNORANCIA, MIEDO y CONFLICTO. Y todo ello arropado en mitos, verdades a medias, falsedades, un toque de espiritualidad y de Fe… Y ya tenemos ese sentido de finalidad social, de identidad social.
Y si le añadimos el gran ingrediente que todo lo mueve: la EMOCIONALIDAD con una buena dosis de crispación… Ya está TODO Perfecto! Un cocktail explosivo.

A mi me toca ya decir eso de “ Solo sé que no sé nada” que como sabéis no es mío, pero aplica; no sé si voy a volver a llorar con “Lo que el viento se llevó” o «Con lo que el viento nos trajo» o si voy a volver a comer conguitos o tengo que esperar al comunicado oficial 😩

Lo que sí sé es que soy blanca de piel, aunque me gusta ponerme morena (¡Seré rebelde! ) y que mientras pueda, me pondré crema para blanquear mis manchas, que no molestan por ser oscuras, sino solamente por no ser uniformes en la piel como les pasa a muchas mujeres y más con una edad. Y lo haré sin sentirme culpable, como imagino será para la mayoría , porque me siento libre de prejuicios para ello y quiero estar “bella”. ¡Sin más! Lo siento, he vuelto a ironizar, pero es que…
También sé que por ser blanca no soy ni mejor ni peor que otra raza, solo soy Persona y que siempre me posicionaré del lado de lo que considere justo y condenaré cualquier acto de violencia; la social, como esta que vivimos, también.

El mismo día que estoy escribiendo estás líneas, descubro que existe un movimiento que mejor ni nombro, por la repugnancia que me da, que defiende la pedofilia y que se mueven libremente en redes sin que nadie salga a la calle ni mueva contra sus defensores un solo dedo. Dicho está.

Hasta aquí mis humildes reflexiones basadas en la Psicología social, con un toque importante personal, de opinión y experiencia vital y por tanto, cuestionable. Y como Marvin Harris me ha hecho pensar tras casi 30 años de haberlo leído, os invito a pensar sobre la intención práctica, interesada, social y económica de quienes dirigen esta orquesta desde esta mirada de M. Harris. La Historia está llena de estos fenómenos y los entendidos en la materia, podrán ver analogías en la misma, algunas de nuestra Historia reciente. Por mi parte me comprometo conmigo misma a escribir sobre este tema en mi blog, que tengo abandonado y que iré complementando en la medida en que descubra La Luz. Muchas gracias por leerme y ansiosa de haber provocado al menos ALGO DE PENSAMIENTO RACIONAL a quien lo lea. Gracias