Como una apasionada de la tecnología que soy por sus múltiples beneficios y bondades y por pertenecer a una generación que la hemos visto desarrollar exponencialmente, me posiciono siempre en su lado desde el argumento humanístico, que es lo que soy y lo que mi formación me ha dado. Así que cuando decidimos abordar con Esther Claver en nuestro Encuentro entre h olas semanal el tema de los VALORES HUMANOS y la importancia de la Educación en la familia y en la escuela de la perspectiva de la culpa, no pudimos sino recordar la gran cantidad de problemas atribuidos a la tecnología en nuestros niños, jóvenes y hoy adultos en cuanto a la formación en valores atañe.

Y en este punto me gustaría realizar una distinción. Cuando hablamos de Educación en mayúscula hablamos del Sistema educativo y de lo que nuestros docentes ofrecen en sus aulas y las familias en sus contextos sociales; porque la educación en minúscula no es lo mismo que la formación recibida. Hay personas con mucha formación que es maleducada y las hay con escasa formación muy bien educadas.

Y es en esta distinción base, real, en la que basamos nuestro «Encuentro entre h olas» que dejo en esta entrada. Porque la formación en valores es educar en valores y es allí donde la figura de los padres tutores, maestros y docentes juega un papel fundamental en la formación de ese Conocimiento con mayúscula que no es el de solo conocer. Porque si algo bueno nos ha traído la tecnología es la gran cantidad de información disponible para que nuestros alumnos integren a través de la experiencia y generen su propio conocimiento, el suyo, que es único, generando millones de conexiones neuronales que, unidas a las emociones, experiencias y aprendizajes conformarán las redes de Conocimiento de esos individuos y donde la Ética, esa que el Big Data todavía está lejos de conseguir su humanización, se conforma en todo un conjunto de valores que solo los humanos pueden poseer. Porque en el buen uso de la tecnología, la formación en su utilización correcta y en el uso pedagógico por parte de padres y docentes de ella, está la clave.

Partimos de algo tan básico como humano, que es la facilidad con la que echamos la culpa a algo, como es la tecnología, el uso de los móviles, las tablets o los videojuegos a la falta de valores de algunos jóvenes. Y no, la tecnología no tiene la culpa, la culpa es nuestra; la tecnología es buena y puede ayudarnos a educar en ellos también, porque nos hace el trabajo sucio y deja a los modelos y referentes como familia y educadores hacer el trabajo que deben hacer, que es «educar» en lo emocional, la función ejecutiva, la toma de decisiones del futuro adulto que tendrá que poner en juego todas las conexiones aprendidas teniendo en cuenta lo humano. Esther Claver ayer ya nos hizo la entrada de nuestro entre h olas de hoy que podéis ver en este enlace ¿La culpa la tiene el móvil?

Y comparto nuestro encuentro en el que dialogamos sobre estas claves.

Esperamos que aporte algo… o que produzca al menos un pensamiento… Porque la culpa no es suya… ¡Es solo nuestra!

Encuentros entre “h” olas es una iniciativa conjunta con la Dra. Esther Claver, en la que ambas intentamos difundir de manera informal, en formato conversación, diversos aspectos de la Psicología, uniendo las perspectivas y aplicaciones desde la Clínica y la Psicología Organizacional. Colaboración, sinergias, equipo y amistad en nuestros encuentros.

Patricia Tisner Laguna – Psicóloga de las Organizaciones y desarrollo

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